Un sistema político cerrado hace que los jóvenes que buscan participar en él no lo puedan hacer y en este sentido, veo tres grandes causales para esta apatía generada por el sistema y por lo tanto involuntaria. En primer lugar, la democracia es el poder participar en las decisiones que afectan a nuestro país, y en este rubro, México es un lugar donde parece privilegiarse el voto sobre otras formas de participacion.Cuando se revelan escandalosas conversaciones entre empresarios corruptos y gobernadores, por ejemplo, la juventud observa que a pesar de los posibles crímenes cometidos, estas autoridades permanecen en sus cargos. Además, los jóvenes al ver que muchos de sus representantes aplican todavía la vieja consigna de “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error” y al ver que quienes desfilan por San Lázaro son “los mismos de siempre”, se alejan de la participación ya que no trae consigo respuesta a sus demandas.
Entre las causas particulares de la apatía involuntaria entre los jóvenes tenemos principalmente la cancelación de su futuro a partir de la década de los setenta, además de los reducidos espacios reservados para ellos en las estructuras de poder, de toma de decisiones y de participación en los asuntos públicos del país. Mientras antes teníamos empresas como la de 1968 donde los jóvenes buscaban una mayor libertad de expresión o detener una guerra, hoy tenemos a jóvenes preocupados por cuestiones más terrenales y de corto plazo, enfocados simplemente en al menos encontrar un empleo o en poder consumir más.
En este tenor, los jóvenes se sienten insatisfechos como ciudadanos, ya que a diferencia de los jóvenes de antes, tienen menos oportunidades de participar en la política de su país, de tener un empleo bien remunerado y de progresar en la vida. En segundo lugar, los jóvenes estiman que las maneras más importantes de participar en actividades públicas son trabajando en el gobierno (13.58%), militando en un partido (7.41%), siendo miembro de una organización ciudadana (71.20%) y protestando (7.81%) a partir de esto podemos entender fácilmente este abandono juvenil por la política.
En cuanto a lo general, los problemas del excesivo énfasis en el voto sobre otros vehículos de participación, de la distancia entre representantes y representados, de la nula rendición de cuentas y de la corrupción, y en cuanto a lo particular, la falta de oportunidades, la escasez de espacios para jóvenes en la toma de decisiones del país, y la falta de una comunicación adecuada son los problemas clave que hay que vencer para así lograr la información y el interés por parte de los jóvenes en un país del cual ellos deberían de ser los primeros agentes de cambio y de construcción del futuro que desean tener.
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